En pocos días se celebrará la verbena de San Juan y en muchos hogares donde viven mascotas se repetirán las mismas situaciones de cada año. Según las estadísticas aproximadamente el 50 % de los perros tienen miedo o fobia a los ruidos fuertes como pueden ser los petardos o los truenos. Podemos encontrar una gran variedad de síntomas: des de una ligera intranquilidad hasta una reacción de pánico con temblores, jadeo, defecaciones, micciones, conductas de fuga, destrozos, etc.
Cómo actuar con los perros o gatos en un día de petardos o de tormenta
Pautas a SEGUIR en caso de FOBIA
- Tratar de evitar que el perro o el gato se quede solo durante la noche de San Juan.
- NO acercarlo a zonas donde puedan haber hogueras o petardos.
- Preparar una zona de seguridad donde se pueda esconder y acompañarlo sin forzarlo, en caso que no vaya por iniciativa propia. Si no lo conseguimos habrá que trabajar este aspecto en días tranquilos.
- Quedarnos al lado del perro o el gato si con ello lo vemos más tranquilo. Procurar no sacarlo de la zona de seguridad.
- Bajar las persianas y cerrar las ventanas para disminuir el ruido y los destellos de luz.
- Actuar con normalidad y que no nos noten nerviosos.
- Acariciar al animal SÓLO cuando no muestre miedo y se encuentre tranquilo.
- Intentar agotarlo, realizando ejercicio físico las horas previas a los petardos o truenos.
- Al salir de paseo, hacerlo con correa para evitar que cuando escuche un petardo se espante y eche a correr de forma descontrolada, ya que podría provocar un accidente o lesionarse.
- En el caso que estas medidas no sean suficientes se recomienda hablar previamente con un veterinario acerca de las posibles opciones terapéuticas.
Pautas a NO SEGUIR en caso de FOBIA
- NUNCA castigar al perro aunque ladre sin parar o se ponga nervioso ya que sólo conseguiremos empeorar el cuadro.
- NO acariciarlo aunque acuda hacia nosotros con claras señales de miedo como temblores o gemidos.
- NO tratar de tranquilizarlo.
- NO cogerlo en brazos.
- NO proteger ni mimar.
- Se trata de no realizar ninguna de estas acciones para NO reforzar un comportamiento determinado. En estos casos reforzaríamos las conductas de miedo y potenciaríamos su repetición en el tiempo, dado que el animal habría conseguido un refuerzo positivo, como es el caso de caricias o nuestra atención.
Zona de seguridad para los animales
Por qué creamos una zona de seguridad:
Frente a un peligro tanto los seres humanos como los animales actuamos de dos maneras. Evitándolo o haciéndole frente. Puesto que los truenos y los petardos son estímulos que no podemos evitar, una forma útil de afrontarlos es escondiéndonos de ellos. De esta manera logramos disminuir la intensidad de algo que nos asusta. La zona de seguridad la creamos, por lo tanto, para que nuestra mascota se sienta más segura y protegida.
Características de la zona de seguridad:
- Debe ser un lugar reducido y oscuro, como es el caso de un transportín pero sin la rejilla para que la puerta de entrada quede libre. Podemos tapar el transportín con una manta para lograr un mayor aislamiento acústico y lumínico. En el interior podemos dejar algo de comida y algún objeto que que le guste.
- El transportin lo situaremos en una habitación tranquila de la casa. Si la casa tiene sótano o garaje puede ser un buen lugar para la mascota, ya que suelen ser los lugares más tranquilos. Sino, una habitación interior puede ser una buena solución. Otra opción es bajar las persianas y taparlas con una manta para conseguir la tranquilidad buscada.. Es muy importante dejar la puerta de la habitación abierta para que pueda entrar o salir siempre que quiera. Si veamos que el animal prefiere otro lugar aprovechemos para situar allí la zona de seguridad. Dejar la luz apagada ya que el animal se sentirá más tranquilo.
- Tratar de acostumbrar al perro a la zona de seguridad los días previos a la verbena o a la tormenta, en la medida que sea posible. Los días tranquilos acostumbraremos a la mascota a entrar en la zona de seguridad con la ayuda de chucherías o caricias. La felicitaremos con palabras de elogio cuando entre de manera tranquila y amistosa. Repetir el mismo proceso varias veces durante unos cuantos días para que se familiarice con la zona de seguridad. Si no somos capaces de realizar estas tareas contactad con un educador canino para facilitar el proceso.
De todas formas hay que tener presente que para combatir la fobia a los petardos y a los truenos el mejor tratamiento es la prevención, que consiste en habituar a las mascotas a los ruidos intensos, desde que son cachorros. De este modo consiguen desarrollar una mejor adaptación a los sonidos fuertes como son los petardos o truenos.
Tratamientos que se pueden aplicar en perros y gatos para controlar las fobias o los miedos
A parte de las pautas generales anteriormente descritas se pueden aplicar los siguientes tratamientos en función de la gravedad de cada caso.
- Terapia comportamental: Mediante unas técnicas de desensibilización donde se pueden usar grabaciones de petardos o truenos se intenta resolver la reacción al miedo. Suelen ser tratamientos complicados, con resultados a medio o largo plazo, con posibles recaídas y no siempre son efectivos. Esta terapia debe ser supervisada por un veterinario o un etólogo y se recomienda para los casos extremos en los que los signos de intranquilidad aparecen en los día previos a las verbenas o a las tormentas.
- Terapia farmacológica: Antes de la aparición del estímulo se pueden aplicar fármacos ansiolíticos o sedantes para intentar controlar el miedo, si bien es un método que no resuelve el problema. La medicación debe ser administrada bajo la supervisión de un veterinario, que es quien debe valorar cada caso en particular.
- Terapia a base de feromonas mediante la que no se provocan alteraciones en el animal como somnolencia, relajación muscular u otras alteraciones físicas sino que ayuda a crear la zona de seguridad.
También podemos ayudar a los gatos con diferentes pautas para gestionar el miedo y el pánico:
- Vigilar al abrir o cerrar puertas ya que puede aprovechar para escaparse si está asustados. VIGILAR sobre todo ventanas y puertas de balcones para evitar que se tiren al vacío.
- Prepararles una habitación donde se sientan seguros y donde tengan comida, agua y bandeja sanitaria (colocar la comida y la bandeja lo más separadas posible entre sí)
- Calmarlos con voz tranquila, gestos lentos y previsibles. Distraerlos jugando con ellos pero si no quieren dejarlos tranquilos.
- Si a pesar de prepararles una zona tranquila prefieren estar en otro lugar donde se sientan tranquilos, dejarles que decidan.
- Despejar al máximo la zona de seguridad de manera que si el gato quiere trepar No se lesione al caer encima de algún objeto.
- Si hay invitados en la casa evitar que en la zona de seguridad donde se encuentra el gato.
- Si el gato está acostumbrado al transportín se le puede dejar en la zona de seguridad cubierto con una toalla para aislarlo del ruido e impedir la luz.
- Se pueden usar feromonas y productos naturales para propiciar un ambiente tranquilo.
- Si el pánico hace que el gato al tratar de escapar se lesione por chocar contra una pared o una ventana, se aconseja acudir a un veterinario para tratarlo con medicación.